Estimados:
Los invitamos a participar del relanzamiento de los “Encuentros de la Juventud”. Nos estamos comenzando a juntar nuevamente este sabado 24/7, a las 18hs, en el Centro Cultural de la Juventud (144ª Nº 2222).
No
sobra decir que ya están programados encuentros con grandes pensadores
nacionales (entre ellos Norberto Galasso el 10 de Septiembre y Carla
Wianstok el 6 de agosto, entre otros), y que iremos construyendo la base
teórica para el aprovechamiento de esos momentos en la reflexión y en
la acción.
Un abrazo y los esperamos!!!
Encuentros de la Juventud
Organizarse para recuperar la política
Hacia la segunda y definitiva independencia
Introducción
En
el año del Bicentenario de la Revolución de mayo de 1810, los jóvenes
nos sentamos a reflexionar sobre el devenir de nuestra nación. Creemos
necesario replantearnos nuestro rol en la sociedad. Nacemos y nos
formamos en esta patria y por eso somos parte de ella. Y sentimos que es
nuestro deber y derecho intervenir en la realidad nacional para forjar
un futuro cierto lleno de esperanzas.
Nos
habían machacado y machacado para que no levantemos nuestra voz pero,
poco a poco, el pueblo argentino, y con él la juventud, va corriendo el
velo impuesto por la dictadura militar y la noche neoliberal. Relucen
los rayos de la nueva mañana que traen la certeza de gloria para la
patria.
Objetivos
· En este espacio intentaremos construir un lugar de participación, esparcimiento y recreación de la juventud.
· Será tema esencial de los encuentros la historia, la política y la realidad nacional, su entramado e interacción.
· Generar
una voluntad que permita la acción a favor de la profundización de la
democracia y de la participación popular en el destino de la patria.
· Facilitar
herramientas de análisis para poder realizar diagnósticos que permitan
darle dirección a la acción comunitaria para realizar los proyectos que
solucionen los problemas que aquejan a la Nación.
· Divertirnos
porque, como dijo Don Arturo, "nos quieren tristes porque los pueblos
deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país
alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza”.
Contexto Histórico
Sabemos
que venimos de tiempos difíciles en los cuales se le negó la
participación al pueblo en la vida democrática. Primero con un
sangriento golpe militar en 1976 donde los sectores económicos
concentrados impusieron un modelo económico y social intentando hacer
tábula rasa con las organizaciones del pueblo. Persiguieron,
prohibieron, torturaron, desparecieron a miles y miles de argentinos.
Después, con el regreso de la democracia, siguieron implementando
políticas de ajuste y endeudamiento, vilipendiaron el patrimonio
nacional, lo vendieron por espejitos de colores. Pasaron a manos
privadas con intereses ajenos: SEGBA, ENTEL, YPF, Canal 13, Canal 11,
Ferrocarriles, entre otros. A partir de ahí, su fin no fue prestar
servicios sino la tasa de ganancia. Indultaron a los militares,
permitieron la monopolización de la economía y la comunicación; ésto fue
lo que denominamos la noche neoliberal con su pico durante los noventa.
Pero
el pueblo, lejos de estar vencido, volvió a levantar sus banderas de
dignidad, independencia, justicia y libertad. Recuperando el aliento en
el año 2001 se gestó una pueblada que repercutió en el devenir de la
historia argentina. Este suceso es el desencadenamiento de diferentes
procesos que venían dándose por las injusticias sufridas. Las políticas
de ajuste, represión y olvido son contrarrestadas por distintas
organizaciones que se fue dando el pueblo para superar al
neoliberalismo. Así, las organizaciones de desocupados, de género,
colectivos culturales, agrupaciones juveniles, entre otras, van gestando
la irrupción del pueblo, actor esencial de la vida democrática.
A
partir del 2001 este proceso se incrementa y profundiza: Renuncia el
entonces Presidente De la Rúa, sucediéndole 5 presidentes en solo una
semana. Los sectores conservadores responden con más represión. En 2002,
caen muertos Kosteki y Santillan, víctimas de las balas asesinas de la
policía federal. Ante la insistencia del Pueblo y la radicalización de
la protesta socia,l se le acorta el mandato al senador devenido en
presidente. Se llama a elecciones y el 25 de mayo de 2003 es electo un
nuevo presidente.
En
el año 2003, hay un punto de inflexión. Desde el Estado, se reconocen
los reclamos sociales, se renueva la Corte Suprema de Justicia, se
implementa una fuerte política de derechos humanos con la anulación de
las leyes de impunidad y la reapertura de 1500 causas contra los
genocidas, se descabeza el Ejército, la protesta social no es más
reprimida, y la política exterior orientada en primer lugar hacia los
países latinoamericanos son sólo algunas de las acciones del gobierno
nacional reclamadas largamente por el pueblo argentino.
Las
organizaciones de los trabajadores comienzan a ganar terreno.
Conquistan las paritarias y vuelven a tener un rol protagónico en el qué
hacer nacional.
Han
pasado 7 años de luchas y conquistas sociales, de avances y retrocesos.
Hoy los movimientos sociales y políticos, de género, desocupados,
pueblos originarios, trabajadores ocupados y desocupados, estudiantes,
artistas, intelectuales, villeros, cartoneros, la juventud, las
organizaciones del Pueblo todo, están dando la pelea por la segunda y
definitiva independencia.
Desarrollo
Y
qué nos queda a los jóvenes. Como dijimos líneas arriba, nosotros los
jóvenes somos, queriendo y sin querer, partícipes del destino nacional.
No hay posiciones neutrales. La posición neutral favorece al más
poderoso que tiene todo ordenado y no quiere que nadie lo contradiga.
Podemos hacernos los zonzos pero toda posición juega. Hay que tomar
partido y hacernos cargo de nuestros yerros.
Por
eso, hay que entender la política como una práctica realizada por los
hombres. No es en sí misma corrupta o corrompedora. Habrá quienes
empleen instrumentos para corromper, pero la política entendida desde
los oprimidos es la realización, teórica y práctica, de la lucha por la
emancipación.
Ahora,
para tomar partido hay que analizar los hechos y los sucesos, para
realmente estar en el lugar indicado. Se hace necesario el replantear
nuestro pensamiento. ¿Qué sabemos? ¿Qué queremos? ¿Por qué estamos como
estamos? ¿Cómo construir una alternativa?
Esta
tarea de construir nuestro pensamiento, de desarrollar nuestros
saberes, desde y para nosotros viene de larga data. Podemos citar
infinidad de hechos y figuras. Entre ellas, hablar de Simón Rodríguez
(maestro de Bolívar) o del mismo Bolívar, o remontarnos a la sublevación
de Tupac Amaru, o por ahí a las Cátedras Nacionales que se dictaron en
la Universidad de Filosofía y Letras de Buenos Aires de 1968 a 1972. Lo
cierto es que hay una base ya construida por muchísimos compañeros y
compañeras que han aportado a nuestra historia. Y aquí encontramos este
otro punto ¿Cuál es nuestra Historia?
Haciendo
un corte histórico, podemos decir, que la última dictadura lo que vino a
cortar esencialmente es nuestra historia. Quiso hacer tabula rasa, y
casi lo consigue. Casi porque hoy estamos acá planteándonos,
reflexionando, haciendo, buscando, transformando la realidad. A pesar de
los oligopolios de la comunicación y la información seguimos
resistiendo.
Tenemos
que reflexionar sobre los silencios de Nuestra América. Qué quisieron
que olvidemos, qué nos negaron a conocer. Y construir lo nuestro. Lo
dijo Rodolfo Walsh: “Nuestras clases dominantes
han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no
tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de
nuevo separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se
pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad
privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas. Esta vez
es posible que se quiebre ese círculo”.
Por eso, a nuestra historia la tenemos que reconstruir y hacer. Esencialmente hacer.
Se
plantea, quizás, otro punto, otro tramo de este camino que elegimos
comenzar. Es la cuestión de la independencia. ¿Somos realmente
independientes?
Y
con esto nos viene a plantear Jauretche lo que implica una posición
nacional: "Una línea política que obliga a pensar y dirigir el destino
del país en vinculación directa con los intereses de las masas
populares, la afirmación de nuestra independencia política en el orden
internacional y la aspiración de una realización económica sin sujeción a
intereses imperiales dominantes”.
Así,
“pensar y dirigir el destino de nuestro país”. Es decir, se trata de un
pensamiento y una acción. No es ni pensamiento meramente, ni acción por
hacer. Son las dos cosas. Segundo, “vinculación directa con los
intereses de las masas populares”. Acá hay una razón esencial del
Pensamiento Nacional, lo es en tanto es desde y para el pueblo. Es
decir, en tanto es un pensamiento que moviliza y da coherencia a las
masas oprimidas de Nuestra América, da cuenta de sus luchas y
reconceptualiza, repiensa para sistematizar y superar la práctica del
pueblo latinoamericano. Es un pensar para la descolonización, para la
emancipación de Nuestra América. Entonces, da la pauta de las
posibilidades, alternativas, acciones para la liberación nacional. Y los
sujetos de esa liberación no son otras que las masas oprimidas de
Nuestra América. Es por esto que es Nacional y Popular, lo uno no puede
ir sin lo otro. Es un pensamiento descolonizador y emancipador.
La propuesta es comenzar un camino. Tomar posición, comprometerse.
Como nos insta el General de Hombres libres Simón Bolívar:
¡Es hora americanos de combatir!
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